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Estamos leyendo los periódicos españoles. K. está asombrada por la conciencia feminista en España. Luego buscamos en la prensa alemana y no, no vemos noticias de huelgas feministas en Alemania, al menos no en la que alcanzamos a consultar. Ningún «Frauenstreik», ningún #8Marzo. La radio tampoco dice nada. Hay algunas manifestaciones feninistas convocadas, pero muchas mujeres no podrán ir porque tienen que trabajar, aunque sea en condiciones por las que quisieran manifestarse.  En fin, quizá por eso vimos aquella manifestación del domingo. Claro, en domingo puedes ir. La ciudad está más traquila y el poder está descansando. No se, comparadas con la huelga y por más furgones de policía que les eches conforme al canon de las manifestacione alemanas, a mí una manifestación en fin de semana siempre me han parecido un poco quedarse en el corral.

Siendo que últimamente en España ocurren cosas que me dan vergüenza, de pronto siento cómo me va invadiendo un gran orgullo de mi tierra, de mi gente. Y siendo que el orgullo en realidad siempre me ha parecido un poco ridículo, cuando no un factor que ciega a la hora de arreglar los problemas de un país, no puedo evitar un sesgo de felicidad. Lo que están haciendo las mujeres en España me parece sin duda un ejemplo para Europa y el mundo. Es muy hermoso. Me gustaría estar allí.

Lo que este 8 de Marzo están haciendo las mujeres en España es un ejemplo para Europa y el mundo.K. está otra vez de baja por maternidad, ocupándose del bebé y de la casa, tras hacer yo varios meses de baja por paternidad mientras ella trabajaba y después de haber hecho ella misma los primeros, un tiempo clave para amamantar. Tras una pausa para trabajar, ahora le volvía a tocar, hasta completar los 14 meses de los que la pareja dispone para compartir por derecho en Alemania. El primero juntos, por ley.

Suena hermosos, pero no lo es. Que existan unos derechos, no implica que la sociedad los vaya a admitir. Me he jugado el puesto, he creado un debate en la empresa, he roto tabúes y al final ha merecido la pena. Han sido unos meses maravillosos con el bebé: nos han servido para conocernos y conectar. Y a mí particularmente me han servido para aprender no solo a estar solo dedicado con todo tu amor, tu responsabilidad y tus fuerzas (que te van a hacer falta, colega) con tu bebé, sino también a comprender el trabajo titánico de ser madre, pues son las mujeres las que normalmente hacen solas este trabajo. Sí, también en Alemania, donde a pesar del derecho, los hombres tienen miedo de hacer baja por paternidad y perder con ello sus trabajos y las mujeres acaban haciendo el año solas prácticamente entero.

Si K. me preguntara, hoy me quedaría yo cuidando de nuestra hija y ella podría ir a las manifestaciones.

K. sin embargo decide no ir a la huelga. No es que no le importe, pero solo sería un símbolo y como símbolo no es más fuerte que sus deseos de estar otra vez con su hija. Hoy hace además un sol maravilloso, un genuino sol de 8 de Marzo, bajo el que finalmente ellas salen juntas a las calles mientras yo escribo estas palabras.

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