Internet muere en mi casa

Científicos confirman que la primera palabra que leas en esta sopa de letras revela tu caracter y tu personalidad.

La ciencia confirma, científicos aseguran que… –cuando la función de la ciencia no es sino dudar y cuestionar las cosas–, perogrulladas expuestas como grandes citas, filosofía de diletantes, poesía de adolescentes, activismo de sofá, cartas abiertas, reacciones y zascas…  postverdades –de las que ya hay mucho escrito–, y sí, muchas muchas verdades –sí, pero verdades tontísimas–…  en los últimos tiempos Internet nos está volviendo gilipollas.

Pienso en los primeros días de Internet, cuando no había likes ni la atención estaba capitalizada. Pienso en el cyberespacio cuando era como una ciudad y no como un centro comercial. Pienso en Internet cuando no había seguidores ni seguidos, cuando uno iba por ahí como un explorador en un mundo de información que sólo se debía a sí mismo, como un ecosistema vivo e inteligente.

Hace décadas que renuncié a tener televisión en casa. Hoy empiezo a sentir que me canso de Internet. Sin embargo sigo insistiendo, partiendo una lanza por el invento, por mi, por los que aquí nos encontramos. ¿Por qué? Pues porque si la tele era pasiva en Internet puedo crear yo también, modelar algo que a mí me merezca la pena. Por eso sigo insistiendo en escribir bien, a fuego lento, como los escritores que amo y dar de leer a los que, como yo, aman leer: ofrecer una experiencia que dé valor a un tiempo que se nos escapa de las manos.

Entonces pienso en Internet, la red de redes, como la definían, aquella especie entramado neuronal… Internet antes de toda esta mierda de las redes sociales lo centralizaran todo en como unas pocas neuronas gordas y sebosas. Y me siento patético yo también escribiendo esto, como si mientras Internet se me pareciera cada vez más a Tve1, yo me emperrara en ser La Dos… sabiendo que ni yo mismo veo ya la Dos.

Supongo que lo que está pasando es lo mismo que pasó con la televisión cuando dio el sutil paso de la cultura al entretenimiento. ¿Dónde se separa la cultura del entretenimiento? No lo sé, pero si sé que en francés “entretenimiento” se usa para decir “mantenimiento”, como si fueras una máquina sin alma, y sé también, porque lo he leído en uno de mis rincones favoritos de Internet, que el origen de «entretener» no es sino “tener en suspenso”: detener la inteligencia en un tiempo vacío. Quizá el paso de la cultura al entretenimiento sea el de la generosidad a la posesión. No lo sé, pero en cualquier caso la televisión, un invento que a muchos hizo la ilusión de informar y hacer a la humanidad más inteligente, es hoy un sinónimo de estupidez doméstica. Para mi la solución fue dejar de ver la televisión… ¿pero Internet?…

… Levanto la vista de mi pantalla…

-Oye K.
-¿Qué?
-¿Crees que llegará el día en que dejemos de “ver el Internet”?

K. me sonríe, con esa mirada asimétrica, rebosante de alegre inteligencia, que no te deberías perder.