Home

Yo en todos mis imanes tenía siempre marcado el norte y el sur. Era lo primero que hacía y es muy fácil. Eso se lo demostré mil veces a mis alumnos. Voy al sótano a buscar mis experimentos y a ti también te lo voy a demostrar.

Yo lo miro contrariado, por un lado porque he tenido miles de imanes y nunca se me había ocurrido referirlos al campo magnético de la Tierra y por otro porque con la nieve y el Parkinson que le sacude el cuerpo a tu abuelo en cada movimiento, la idea de bajar al sótano se me hace como bajar al centro de la tierra. Él se agarra a los posa brazos de la silla de ruedas. Con decisión y tembleques empieza a levantarse. La voz de la abuela surge entonces desde el fondo de la escena:

Al sótano no, que está todo revuelto y hay muchas escaleras.

Pero…

¡Qué no y punto!

Tu abuelo, que ya se elevaba 10 centímetros del asiento, se deja caer de nuevo en la silla y me mira frustrado. Tiene una mirada terriblemente joven, llena de esa fuerza amable e inconsciente de si misma. Solo cuando se observa su cuerpo, sus piernas encogidas, sus articulaciones temblequeantes… se da uno cuenta de la edad que realmente tiene. Mirándolo a los ojos, sin embargo, uno vuelve a confundirse. Yo, dividido entre la frustración de no ver los experimentos y el alivio no tener que bajar esta tarde al centro mismo de la tierra, lo consuelo:

No hace falta, de verdad, hace un frío terrible y estamos todos muy pachuchos como para bajar al sótano. Otro día.

No obstante, en mi cabeza resuena con el estruendo de un nido de pequeños pterodáctilos… …experimentos experimentos experimentos experimentos experimentos experimentos experimentos experimentos… Casi me cuesta concentrarme para ayudar a poner la mesa y empezar la merienda de año nuevo.

Así no – me dice tu abuelo quitándome una botella champán de las manos –. Mira: así. He inclinado la botella 45 grados y he reducido la presión a la mitad. ¿Lo ves? Así puedo abrirla sin aplicar mucha fuerza.

¡Plop!

Y con esas manos terriblemente temblorosas pero terriblemente fuertes a la vez, descorcha la botella y me sirve el Sekt derramando la mitad alegremente por el mantel.

Collage:  Fondo, foto de Nikolai Tesla en su laboratorio (Colorado Springs, 1899), tomada por Dickensin V.Alley y encontrada en Wikipedia. Abuelo de K.
Pterodáctilo recortado de thefree3dmodels.com.

Share

One thought on “El «plop» de tu abuelo

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.